Como contracara de un movimiento a nivel mundial que se ha empecinado en re-vivir los hechos sangrientos y dolorosos de la humanidad, bajo el lema de "no olvidar", a tal punto que a veces parecen utilizar esa información para manipular generaciones y no "cerrar heridas", produciendo más odio y deseos de venganza, hace tiempo (por suerte) que otros grupos vienen mencionando "una nueva ola". No, no es un concurso de surf. Es un llamado a despertar a la iluminación y trascendencia espiritual, a buscar nuevos caminos para el bien de todos los seres vivos y lograr la tolerancia y el amor, la comprensión y la convivencia pacífica entre distintas culturas e ideologías.
Esa "nueva ola" es una idea acumulativa e integradora, abarcativa de paradigmas de distintas épocas y no se limita a cuestiones de un sólo ámbito sino de diferentes áreas. En castellano sería un intento de buscar un denominador común a todas las formas de pensamiento que reinaron y marcaron distintos momentos de la historia, ya sea política, económica y religiosa. Una forma de demostrar que cualquier producción humana puede ser parte de una idea mayor, no necesariamente opuesta, sino complementaria. A demostrar que todos somos parte de lo mismo.
Buscando convergencias en distintas ramas, encontramos que todas las religiones creen en un Ser Supremo, que llaman de distinto nombre pero que a grandes rasgos creó el mundo de igual manera.
Leyendas de civilizaciones antiguas, donde no existía el e-mail ni la famosa globalización, que son idénticas y eso que estaban a millones de kilómetros de distancia, en tierras desconocidas. Arte rupestre y grandes construccionesque se repite en distintos lugares del mundo con igual simbolismo.
Grandes inventos como el teléfono, la bombilla de luz, descubiertos casi al mismo tiempo por personas que vivian a enormes distancias.
¿Coincidencia? ¿Casualidad? Jung lo llamaría Inconciente Colectivo, un saber absoluto con historia de la humanidad a disposición de todos que de vez en cuando se hace presente a través de los arquetipos, ya sea en sueños, en fenómenos de sincronicidad.....
¿Cuál es el punto de todo esto?
Que no importa la religión que uno profese, el color de la piel, la ideología política, todos somos parte de lo mismo. Todos somos seres humanos.
Y si la percepción de la realidad es tan subjetiva, la verdadera realidad es inaprehensible a nuestros ojos, ¿quièn puede ser tan limitado de decir que tiene la verdad absoluta? ¿Por qué tanta intolerancia y tantas guerras generadas por tratar de imponer ideas de superioridad y de que haya que pensar de cierto modo porque sino se es "enemigo de algo"?
Tanta necesidad de seguridad interna tiene el hombre, que se aferra desesperadamente (y en forma enfermiza en algunos casos) a lo que conoce o le han enseñado y se cierra a otras ideas o justamente a aceptar que hay otras ideas que también pueden ser ciertas.
No digo que esté mal pensar diferente. Lo que está mal es fanatizarse a tal punto de no tolerar a otras personas porque piensan distinto y tratar de imponer, de hacer que el otro piense igual mediante la violencia. ¡No vaya a ser que nos quieran cambiar la forma de pensar!
Porque después de todo, la realidad tiene distintos planos y el alma del hombre es tan infinita que no puede limitarse a un solo hecho y explicación. Y si en vez de separar ideas o teorías y enfrentarnos, se encuentra un denominador común, terminamos armando una realidad distinta y más humanitaria, una visión más completa sobre un tema.
Hoy los fanatismos están a la orden del día y se recurre a la violencia para defender un idea. Si el hombre se diera cuenta que no está solo, que tiene a toda la humanidad que lo acompaña, y que entre los aportes de todos podemos crear una visión más completa del mundo, muchas discusiones no tendrían razón de ser.
A "vuelo de pájaro", esa es la idea de la "nueva ola". Más tolerancia, más amor y menos violencia.
Esa "nueva ola" es una idea acumulativa e integradora, abarcativa de paradigmas de distintas épocas y no se limita a cuestiones de un sólo ámbito sino de diferentes áreas. En castellano sería un intento de buscar un denominador común a todas las formas de pensamiento que reinaron y marcaron distintos momentos de la historia, ya sea política, económica y religiosa. Una forma de demostrar que cualquier producción humana puede ser parte de una idea mayor, no necesariamente opuesta, sino complementaria. A demostrar que todos somos parte de lo mismo.
Buscando convergencias en distintas ramas, encontramos que todas las religiones creen en un Ser Supremo, que llaman de distinto nombre pero que a grandes rasgos creó el mundo de igual manera.
Leyendas de civilizaciones antiguas, donde no existía el e-mail ni la famosa globalización, que son idénticas y eso que estaban a millones de kilómetros de distancia, en tierras desconocidas. Arte rupestre y grandes construccionesque se repite en distintos lugares del mundo con igual simbolismo.
Grandes inventos como el teléfono, la bombilla de luz, descubiertos casi al mismo tiempo por personas que vivian a enormes distancias.
¿Coincidencia? ¿Casualidad? Jung lo llamaría Inconciente Colectivo, un saber absoluto con historia de la humanidad a disposición de todos que de vez en cuando se hace presente a través de los arquetipos, ya sea en sueños, en fenómenos de sincronicidad.....
¿Cuál es el punto de todo esto?
Que no importa la religión que uno profese, el color de la piel, la ideología política, todos somos parte de lo mismo. Todos somos seres humanos.
Y si la percepción de la realidad es tan subjetiva, la verdadera realidad es inaprehensible a nuestros ojos, ¿quièn puede ser tan limitado de decir que tiene la verdad absoluta? ¿Por qué tanta intolerancia y tantas guerras generadas por tratar de imponer ideas de superioridad y de que haya que pensar de cierto modo porque sino se es "enemigo de algo"?
Tanta necesidad de seguridad interna tiene el hombre, que se aferra desesperadamente (y en forma enfermiza en algunos casos) a lo que conoce o le han enseñado y se cierra a otras ideas o justamente a aceptar que hay otras ideas que también pueden ser ciertas.
No digo que esté mal pensar diferente. Lo que está mal es fanatizarse a tal punto de no tolerar a otras personas porque piensan distinto y tratar de imponer, de hacer que el otro piense igual mediante la violencia. ¡No vaya a ser que nos quieran cambiar la forma de pensar!
Porque después de todo, la realidad tiene distintos planos y el alma del hombre es tan infinita que no puede limitarse a un solo hecho y explicación. Y si en vez de separar ideas o teorías y enfrentarnos, se encuentra un denominador común, terminamos armando una realidad distinta y más humanitaria, una visión más completa sobre un tema.
Hoy los fanatismos están a la orden del día y se recurre a la violencia para defender un idea. Si el hombre se diera cuenta que no está solo, que tiene a toda la humanidad que lo acompaña, y que entre los aportes de todos podemos crear una visión más completa del mundo, muchas discusiones no tendrían razón de ser.
A "vuelo de pájaro", esa es la idea de la "nueva ola". Más tolerancia, más amor y menos violencia.